miércoles, 1 de abril de 2009

Intermitencias

El tiempo siempre calza zapatillas. Por eso nunca escuchamos sus pisadas.

A todos los calendarios les falta un mes, aquel donde nos diera tiempo a lamentarnos de lo que en los otros doce tiramos por la borda.
Lo único importante en la travesía de la vida es mantener a salvo nuestra línea de flotación.

Cuando golpeas con un dedo una copa de cristal es como si el mundo expresara en un etéreo lamento toda su fragilidad.

Puedo escribir las páginas más tristes esta noche, cuanto todo parece perdido y la lluvia sólo cae sobre mi terraza.

El humo del cigarrillo es la chimenea de nuestra tensión.

La vida es una cama deshecha de la que alguien robó la almohada para impedirnos conciliar el sueño.

La vela derrama lágrimas de sudor porque está cansada de cargar con nuestras pocas luces.

Hace tiempo que callas y te tragas todas las sombras del día. Cuando abras la boca el mundo se llenará de tinieblas.

La frialdad de un piso vacío, como un cuerpo sin huesos o un envoltorio sin regalo.

Una tragedia griega: sentirse parte de un mundo que no existe.

El libro inacabado de los muertos, la página en blanco de los vivos.

Los regalos que se quedan en el árbol de Navidad, la silla del comedor sin comensal, la espera en una estación a la que ya no llegará ningún tren… Imágenes tristes como esta habitación de la que intento escapar por el estrecho pasadizo de un cuaderno.

Las mujeres embarazadas son como un espejo sin reflejo, una casa sin ventanas, una vida oculta entre bambalinas.

Cuando la tormenta, siempre con las cartas marcadas, se pone seria y nos deja a oscuras, es el momento de tirarse un farol y confiar en que amaine pronto.

Besarnos en las últimas filas de un cine y sentirnos Cary Grant por un día. Enamorando a Ingrid Bergman en Encadenados, a Eva Marie Saint en Con la muerte en los talones, a Joan Fontaine en Sospecha… Con la oscuridad de nuestra parte, a salvo de ventanas indiscretas y cortinas rasgadas. Hasta que el obeso acomodador, en su cameo particular, nos ilumine con la linterna y nos devuelva a nuestra realidad de figurantes sin frase.

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