lunes, 29 de noviembre de 2010

Una nueva forma de crear


Al terminar la lectura de La luz es más antigua que el amor tuve una sensación extraña. ¿Había leído mal o el autor se había concedido a sí mismo el Premio Nobel de Literatura? Reflexionando más tarde sobre ello, llegué a la conclusión de que no debía extrañarme en absoluto, pues los derroteros que ha ido tomando la joven narrativa de vanguardia española -la generación "nocillera", que también así se la conoce en homenaje al título que podemos considerar emblemático y pionero de sus modernos postulados- parece que no podía hacer otra cosa que llegar a este punto. Ya lo tomemos como broma máxima o como postura epatante y egocéntrica, lo cierto es que hasta ese momento la lectura de la última novela de Menéndez Salmón me había resultado de lo más atractiva, por su hábil urdimbre de historias separadas en el tiempo, sus interesantes reflexiones sobre la creación, la curiosa combinación de personajes reales y ficticios, y un estilo directo y enfebrecido de literatura que me recordó bastante al de Isaac Rosa en El vano ayer. Sin embargo, la vuelta de tuerca final, donde Salmón-Bocanegra (que así se llama su alter ego) acude a la Academia sueca y se permite explicar el sentido de su última novela -la que estamos leyendo, por cierto- me resultó chirriante, como si el juego hubiera llegado ya demasiado lejos. Me imagino que para Menéndez Salmón tal ocurrencia era una forma curiosa, divertida y hasta plausible de cerrar la novela, pero uno no puede evitar cierta sensación de vacuidad, de decepción ante tal alarde de prepotencia o juegos malabares -ya dije, que la interpretación es libre-.
Después de haber leído a algunos exponentes del celebrado grupo me pregunto si quizá el verdadero valor de su obra se dirimirá con el paso del tiempo, siendo incapaces hoy por hoy -críticos, especialistas y lectores- de calibrar en su justa medida un fenómeno que se prolonga todavía en las mesas de las novedades editoriales. Aunque a la vista de en qué quedó la generación del realismo "sucio" impulsada por José Ángel Mañas, Pedro Maestre o Lucía Etxebarría, me temo que su alcance puede ser muy limitado. Tiempo al tiempo.

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