jueves, 19 de enero de 2012

Primer asalto ganado


Los dividendos arrojados por la saga Millenium de Stieg Larsson parecen no tener fin. Si la venta de las novelas se estanca, ahí están los magnates del cine norteamericano para hacer uso propio -ante la falta de ideas propias, perdón por la redundancia- del atractivo y negrísimo universo del escritor sueco. Ignoramos si las dos restantes partes de la trilogía contarán con los mismos artífices, pero para Los hombres que no amaban a las mujeres Hollywood ha reclutado a dos reputados asalariados de la industria, el guionista Steven Zaillian -La lista de Schindler, En busca de Bobby Fisher, Todos los hombres del rey- y el director David Fincher -Seven, El club de la lucha, La red social-, con lo que, a priori, la cosa difícilmente podía salir mal.
El resultado así luce. Un metraje más generoso ha permitido a ambos incluir personajes que no aparecían en la versión sueca, como la hija del protagonista Mikael Blomkvist -curiosamente interpretada por la hija del actor que lo incorporó en la película original, Michael Nyqvist-, pero también quitar protagonismo a otros o suprimir pasajes significativos de la trama: por ejemplo, no aparece el marido de Erika Berger y no se insinúa siquiera la relación de Mikael con Cecilia, la sobrina del patriarca de los Vanger. La gélida puesta en escena nórdica es reemplazada aquí por un ritmo dinámico, que se centra más en la investigación de Blomkvist y Salander, pasando casi de puntillas por la redacción de Millenium. Elección acertada si tenemos en cuenta que habrá dos películas más para mostrar a personajes de la publicación que serán decisivos en cada una de ellas. La recreación de ambientes está también muy conseguida, aunque Fincher y Zaillian no han podido evitar exhibir la marca de la "casa" exhibiendo algún detalle sin importancia como la elección de los cigarrillos Marlboro por parte del protagonista.
Este, incorporado por el solvente Daniel Craig, aporta muchos más registros que Nyqvist, y nos llega a hacer creer que es la viva encarnación del periodista. No ocurre lo mismo con Rooney Mara, que no puede hacernos olvidar, pese a sus esfuerzos, la turbia presencia de Noomi Rapace. Entre los secundarios, destacar al casi siempre magnético Stellan Skarsgard, al incombustible y eternamente aristocrático Cristopher Plummer, y el agradecido detalle por parte del director de casting de incluir al croata Goran Visnjic para incorporar a su paisano Dragan Armanskij.

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