sábado, 21 de abril de 2012

Chagall escindido


Los que no hayáis podido, aún estáis a tiempo de asistir a uno de los acontecimientos expositivos del año, la completísima muestra de Chagall que exhiben conjuntamente el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid. El patronazgo compartido, que imagino se revela idóneo para sufragar los cuantiosos gastos generados por la recolección del legado pictórico de uno de los maestros del siglo XX, tiene, no obstante, una contrapartida para el visitante despistado o el que cuenta con poco tiempo en la capital. La división de la exposición en dos recintos bastante apartados entre sí implica a veces -ya nos pasó el año anterior con Heroínas- la dura elección de uno u otro. En el caso de la de Chagall, si uno espera que sus expectativas quedarán colmadas en el Thyssen, se equivoca, pues si no visita la segunda parte de la muestra, alojada en el espectacular edificio de Caja Madrid sito en la Plaza San Martín -los frikis y nostálgicos tienen oportunidad además de bajar al entresuelo de la legendaria Discos Metralleta- se perderá si no lo mejor, sí la obra de madurez del pintor, teñida de tonos azules y ensoñaciones a cual más imposible. Por si este aliciente fuera poco, aviso que, aunque los nueve euros del Museo estén bien empleados, la entrada a la Fundación es totalmente gratuita.

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