miércoles, 2 de octubre de 2013

Un GPS para el cine actual

En los últimos años, los avances tecnológicos y la consiguiente modificación en los hábitos de la exhibición han marcado ineludiblemente el negocio del cine. La recepción del espectador ya no es la misma que hace veinte años o incluso una década, si me apuran. Las salas se han vaciado. Las películas dirigidas a una audiencia minoritaria, las españolas e incluso a veces las de un presupuesto normal, cada vez tienen más dificultades para estrenarse, y o bien lo hacen de tapadillo, o su circulación se restringe al circuito de los festivales o al dvd, cuando no a la estricta invisibilidad. Afortunadamente, los nuevos canales de difusión digitales han impedido que caigamos en el clásico debate formulado con cierta frecuencia: ¿existe una película si nadie la ve? En esta enrarecida y viciada situación de la exhibición cinematográfica, donde entra en juego principalmente el factor económico, el espectador potencial cobra un nuevo protagonismo, ya que ahora es él el quien tiene que ir a buscar la película, y no la película la que le busque a él. Son bienvenidas, por tanto, herramientas que nos faciliten ese acercamiento, esa búsqueda de la imagen que nos emocione, nos haga reflexionar o, por qué no, nos repela.  Conscientes de esta compleja coyuntura, los especialistas Hilario J. Rodríguez y Carlos Tejada han hecho realidad un empeño ciertamente loable: ofrecer en un solo volumen un panorama bastante revelador -siempre hay ausencias reseñables y presencias injustificadas- de la cinematografía del pasado siglo y del presente, ofreciendo pautas para un futuro ciertamente impredecible. Cine XXI. Directores y direcciones se confecciona a modo de diccionario de realizadores con la única condición de que estos estén en activo o hayan muerto en fechas muy recientes. Un equipo misceláneo de críticos, blogueros y escritores de diferente procedencia se han unido para elaborar un fichero casi sistemático de la producción cinematográfica actual, sin olvidar campos de más difícil acceso y frecuente olvido monográfico, como el videoarte, el documental o la animación. La multiplicidad de miradas conlleva, empero, cierto hándicap a la hora de afrontar las respectivas fichas de cada director: mientras unos apuestan por trazar un recorrido bio-filmográfico, otros se detienen sólo en sus títulos más significativos, y otros se dedican directamente a divagar sobre cuestiones cinematográficas. Ello hace que la homogeneidad de la obra se resienta, pues la ausencia de un criterio unitario desplaza las más de las veces el contenido a juicios subjetivos antes que al rigor de la obra de referencia.  A pesar de esta disparidad a la hora de afrontar cada entrada, el valor del volumen queda fuera de toda duda, haciendo palpable su necesidad en este laberinto que nos encontramos ahora, y por cuyos infinitos vericuetos este gps nos será de gran utilidad.


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